Vivir, morir, y volver a vivir
- dogmaargentina
- 20 jun 2016
- 2 Min. de lectura
Dicen que nunca las segundas partes fueron buenas. Aunque se sabe, ese dicho es imperfecto. De todas maneras, hay gente, demasiada, que ha padecido más de un golpe en su vida, y sin embargo se repone. En el caso de un militar de la India, tras un grave accidente automovilístico se lo consideró muerto, dado que ni siquiera se pudo recuperar su cadáver. Sin embargo, lo que muchos no supieron entonces es que no solo estaba vivo, sino que se recuperó como para recomenzar su vida. Lo sorprendente es que, siete años después, y luego de otro accidente que padeció muy lejos del primero, además con otro fuerte golpe hizo que recuperara la memoria, cuando deambulaba como un mendigo. Sin dudas una vuelta a su primera vida, al punto que poco después viajó a reencontrarse con su familia, que ya lo tenía sólo entre recuerdos.
Increíble historia
En un relato propio de un libro de misterio y suspenso, pero que fue publicado como muy real por el matutino Times of India, se da cuenta que Dharamveer Singh era un soldado jawan del 66° regimiento acorazado en Dehradun, de las fuerzas armadas de ese país que había desaparecido en 2009, cuando el vehículo en el que circulaba volcó con otros dos compañeros por una carretera de la montañosa localidad norteña de donde estaban asentados, en el estado de Uttarakhand, explicó al diario su hermano, Ram Niwas.
“El vehículo en el que viajaban los tres soldados volcó al llegar a un cruce, y en principio ninguno de los cuerpos fue encontrado», añadió Niwas, según publicó el matutino. De todas maneras, se supo que luego los otros dos soldados regresaron desorientados a su destacamento, sin poder llegar a explicarse qué había motivado el accidente, y que no habían encontrado a Dharamveer.
Desaparecido en acción
Ante la infructuosa búsqueda, tres años después, la esposa de Dharamveer, llamada Manoj Devi, recibió el certificado de defunción de su esposo, lo que le permitió comenzar a cobrar una pensión jubilatoria como resarcimiento. Lo más increíble es que, en todo momento, Manoj aseguraba que en el fondo sabía «que lo volvería a ver de nuevo», mostrando su negativa a creer en la muerte de su amado, al no haber podido observar su cadáver.
Sin embargo, la semana pasado sucedió lo inesperado: ya de noche, un hombre llamó a la puerta del domicilio de Manoj y al abrir su suegro Kailash Yadav, éste esperaba toparse con un borracho y se encontró de frente a su hijo Dharamveer, quien explicó emocionado a su familia que no recordaba nada de lo que le había sucedido después de aquel primer accidente.
Se hizo mendigo
Según su hermano Ram Niwas, todo lo que Dharamveer recuerda es que se encontraba mendigando la semana pasada en las calles de Haridwar, otra ciudad de Uttarakhand, cuando distraídamente fue a cruzar una calle y terminó golpeado por una motocicleta.
Visiblemente sentido y obnubilado por el nuevo impacto recibido, el motociclista decidió trasladarlo hasta un hospital. Allí, a 42 kilómetros de donde había desaparecido, y luego de ser atendido por los médicos y de haber recuperado la conciencia, entonces para su propia sorpresa Dharamveer se dio cuenta de que había recuperado la memoria.
«No lo podía creer, les contaba a los médicos que recordaba cosas que había olvidado y no paraba de agradecerle a Dios de manera insistente», explicó Nawas a Times of India.
Gracias a Dios
El militar, que no dejó de agradecer a Dios de manera insistente por semejante milagro, recibió del motociclista 500 rupias (aproximadamente 7 dólares, casi 100 pesos argentinos si lo prefiere), con lo que se compró un boleto para poder trasladarse en autobús hasta su aldea, en el cercano estado de Rajastán.
Allí, y luego del re
encuentro con su familia, aún sorprendido apenas si pudo explicar que está en shock, aunque “me siento muy bien de volverlos a ver a todos. Apenas puedo reconocer a mis hijas, están tan grandes», indicó. Manoj, en cambio, además de agradecer porque se cumplieron sus súplicas de recuperar a su marido, dijo que nunca había perdido la fe y que íntimamente lo seguía esperando. Por eso, aunque se sorprendió al verlo, se sintió aliviada y a la vez muy feliz.
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