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Ver con el Rabillo del Ojo

A muchos les ha  pasado que, estando en la tranquilidad del hogar, la soledad de la oficina o simplemente mirando TV, algo extraño sucede, algún cambio que modifica su entorno, los asusta o les llama por lo menos la atención.

Miles de casos han reportado personas de todo el mundo y aseguran que en la soledad de sus viviendas o sentados en su computadora, escribiendo y solo prestando atención a lo que están haciendo, perciben a su alrededor cambios repentinos y la sensación de que algo fuera de lo  normal está sucediendo.

Algo que no pueden percibir directamente, pero sí con el rabillo del ojo.

Sombras que pasan rápidamen te, movimientos extraños al ras del suelo, personas en  las ventanas, en el living o junto a una puerta es lo que han descrito personas alrededor  de todo el mundo. Uno de los fenómenos que se repiten con mayor frecuencia en los extraños relatos es la momentánea sensación de que los están observando y de repente visualizan una figura humanoide y oscura en la habitación, pero al girar la cabeza para poder verla correctamente, esta desaparece, generando un desconcierto y una sensación de miedo inminente.

¿Hay una explicación lógica para estos relatos? 

Cama

Claro que sí. La esencia de estas visualizaciones recae en el cerebro, nuestro maravilloso cerebro, que tiene la inmensa capacidad de procesar millones de bites de información en segundos pero también tiene una particularidad: no es capaz de observar y razonar sobre varias cosas al mismo tiempo.

Para entenderlo de manera sencilla, digamos que solo podemos ver y prestar verdadera atención a una cosa por vez.

Este es el origen, por ejem-plo, de la “ceguera por atención”, un tema tan de moda y comentado para prohibir el uso del celular al manejar, ya que no se puede prestar atención a la charla que estamos teniendo y a la adecuada conducción al mismo tiempo.

Otra característica de nuestro cerebro es que, siempre que observamos algo, va a buscar en su “base de datos” la información más adecuada sobre aquello que estamos observando para encontrar una respuesta, una definición o una explicación conocida a aquello donde pusimos la atención. Si no la encuentra, va a darle significado por razonamiento más próximo a lo que visualizamos, dándonos un “aproximado” de lo que estamos viendo.

Aquí es cuando se presenta el fenómeno conocido como pareidolia.

Definición la pareidolia, palabra derivada etimológicamente del griego eidolon (figura imagen) y el prefijo para (junto a o adjunto) es un fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible. Una explicación de este fenómeno, conforme al funcionamiento del cerebro, es descrito por Jeff Hawkins en su teoría de memoria-predicción.

Para entenderlo con un ejemplo cotidiano, la pareidolia se aplica al momento de observar las nubes, cuando comienzan a tener formas reconocibles y podemos observar en ellas todo tipo de seres, personajes y figuras; incluso sucede que al compartir estas impresiones con los demás, se genera en el otro una impresión similar al compartir la información sobre aquello que estamos observando.

De esta manera, nuestro cerebro intenta decirnos con proximidad de datos a qué nos estamos enfrentando. El tema que se plantea es que, cuando uno ve con el rabillo del ojo, no está pasando esa percepción por el “filtro” de la atención y de la mente.

Se podría asegurar que estamos observando nuestro entorno tal cual es, sin pasarlo por ningún filtro que nos diga qué ver.

Está comprobado científicamente que nuestra percepción de la realidad es muy limitada: campos electromagnéticos, señales de onda, colores que cada persona percibe de manera distinta al igual que los sonidos, luces, etc.: según los ojos de quien mira, esa realidad va a ser traducida y codificada de diferente manera.


BarryFitgerald

Barry Fitzgerald de Ghost Hunters International


Hace unos años, Barry Fitzgerald, de Ghost Hunter International, le contaba al autor de la nota la siguiente anécdota.

Un amigo suyo en EE.UU. tenía problemas en uno de sus ojos; era una persona de unos 37 años, pintor de profesión. Recibe al fin la donación de la córnea de un niño para poder mejorar su problema de visión. Luego de realizada la intervención, se recupera con total éxito, vuelve a ver con normalidad y a pintar nuevamente.

Pero, para su sorpresa, comienza a notar que su ojo trasplantado percibe los colores de una manera distinta de la que lo acompañó toda su vida. El ojo joven de este niño tenía la capacidad de resaltar los colores y su memoria celular ayudaba al artista a definir la realidad de otra manera.

Cuando observaba con el ojo derecho y con el ojo izquierdo la misma pintura, las diferencias de percepción, colores, luminosidad, etc., eran altamente notorias.

La deducción es simple: dependiendo de nuestros sentidos, vamos a percibir la realidad de una u otra manera. Cuando esta percepción no pasa por ningún “filtro” o todavía no tiene la información necesaria para que nuestro cerebro nos diga cómo ver las cosas, va a mostrarnos una realidad radicalmente cambiada.

Por lo tanto, cuando uno no está prestando atención y logra captar algo con el rabillo del ojo, percibir sin fijar nuestros sentidos una figura, una sombra, una forma que se mueve a nuestro alrededor, es muy probable que realmente esté sucediendo, y lo percibiremos hasta que nuestro cerebro decida darnos una información que nos haga prestarle atención directa y nuestra “idea del mundo” vuelva a tomar las riendas de la situación.

Los casos más comunes

En las muchas experiencias que se han oído al respecto, los protagonistas aseguran percibir a su alrededor personas altas, oscuras, con forma humanoide, que aparecen de la nada, de repente y observando al interlocutor.

Lo extraño del caso es que siempre, anteriormente a la observación de esta “gente sombra” –o shadow people, como se la denomina normalmente en inglés–, existe un sentimiento de persecución, la sensación de sentirse observado, y luego ocurre la percepción.

Obviamente, uno podría pensar que la sugestión también entra en juego en estos casos, pero lo raro es que todos afirman haber logrado captar estas figuras con el rabillo del ojo, en un fugaz momento, y que al prestar atención directa desaparecen.

Los lugares más comunes donde han ocurrido estas apariciones son bosques, hogares, habitaciones de niños, altillos, pasillos, y últimamente hay muchos reportes en los que se asegura haber fotografiado en algún lugar a esta “gente sombra” o verla a través de la cámara del celular, cuando con los propios sentidos no se logra percibir nada.

Esto ayudaría a la explicación de la teoría anteriormente mencionada, ya que la cámara también intenta traducir lo que está percibiendo a través del lente a algo que el ojo humano pueda llegar a entender.


¿Estamos solos en el universo?

Casos de “shadow people” o “gente sombra” se han reportado innumerables veces alrededor de todo el mundo; la percepción con el rabillo del ojo también. Hoy el entendimiento del funcionamiento del cerebro nos brinda una explicación o un acercamiento racional a lo que nos sucede al vivir estos fenómenos.

Solo queda en nosotros aceptar que la realidad es mucho más amplia de lo que podemos percibir con nuestros acotados sentidos, y deja abierta la pregunta: ¿estamos solos en el entorno que habitamos? Estos fenómenos podrían ser la matriz para la explicación de múltiples sucesos paranormales: fantasmas, ángeles, demonios, hadas, apariciones que nunca podemos entender porque al intentar observarlos directamente, se esfuman ante nuestros ojos.

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