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Expedientes Warren, ¿Quienes son Ed y Lorraine warren?

Un conjuro es una fórmula mágica con la que se pretende conseguir algo que se desea, principalmente el de hacer un hechizo, invocar una divinidad, una fuerza sobrenatural para pedir su intervención, o exorcizar o ahuyentar el mal.

En ese sentido, cualquier persona a la que le interese todo cuanto tenga que ver con lo paranormal y la investigación en esa materia –que en el submundo se conoce como Ghost Hun-ting– deberá cruzarse, aunque más no sea una vez en su vida, con personajes que son decididamente referentes, iconos de la investigación paranormal y reconocidos en todo el mundo.

No solo por sus ricas historias, sino porque a partir de sus trabajos lograron demostrar, como se podrá analizar a continuación, que lo paranormal existe en miles de hechos registrados de la más variada temática.

Hasta ganaron un juicio a un locador demostrando que su inquilino realmente fue “echado” por fantasmas…

Estamos hablando de la pareja que conforman Ed y Lorraine Warren, quienes han recorrido los Estados Unidos y algunos otros países realizando las investigaciones más increíbles en la historia de la documentación de hechos paranormales. Así, casos como Amityville, en el que el hijo de George y Kathy Lutz ejecutó a sangre fría a toda la familia después de varias denuncias de posesión.

El asesino de Connecticut, Arne Jhonson, quien mató a su casero demostrando indicios de posesión demoníaca en 1981. O el célebre caso de Bill Ramsey –en Rhode Island en 1970 en la casa de los Perron–, quien atacaba a personas mordiéndolas, y que es sin dudas uno de los casos más emblemáticos, luego inspiró la película “El Conjuro”, que tuvo gran trascendencia a nivel mundial.

Estos son solo algunos de los increíbles casos que esta pareja documentó a lo largo de su vida.


Ed y Lorraine warren

Ed y Lorraine warren


Un niño tranquilo Edward Warren vivió su infancia de manera feliz en una familia católica, su padre era oficial de policía en Connecticut. Desde los 5 a los 12 años su hogar estuvo rodeado de eventos que escapan a lo que habitualmente son caratulados como “normales”.

Este convivir incesante con fenómenos paranormales despertó su interés en el tema y lo condujo a buscar explicaciones coherentes a lo que sucedía en el lugar donde creció. Con 16 años, Ed comenzó a trabajar como acomodador en el Teatro El Colonial y todos los miércoles veía a una hermosa joven que llegaba acompañada de su madre. Así conoció a Lorraine Rita Moran, con quien entablo una hermosa amistad. Una noche, Ed se acercó a la casa de la joven y pidió una cita a su familia y así comenzó el romance…

Después de participar en la Segunda Guerra Mundial, Ed y Lorraine, ya casados, tuvieron una hija. Entonces él decidió estudiar la carrera de Arte en la Universidad de Yale. Como sus obras comenzaron a ser muy buenas compraron un viejo Chevy modelo 1933 –que aún puede apreciarse en el jardín de la casa – que en la actualidad funciona como museo de lo paranormal– para viajar por distintos estados vendiendo las pinturas.

En tanto, Lorraine desarrollaba su potencial de psíquica de trance. De vez en cuando, paraban frente a una casa donde Lorraine le contaba lo que percibía del edificio, él realizaba un dibujo de la casa y sus fantasmas según el relato de su esposa. Una vez finalizado el trabajo, golpeaban la puerta y regalaban el dibujo a los habitantes de la morada, quienes comenzaban a contarles las historias que ella ya había intuido.

En sociedad

Ed Warren decía por entonces: “Si miramos un ventilador detenido, sus hélices se pueden ver claramente, pero si lo encendemos, ya no podemos verlas… Eso no significa que no estén ahí. Creo que los fantasmas están en una dimensión vibracional diferente, pero para poder saber si realmente están ahí, debo registrarlos, captarlos y vivir en carne propia lo que sucede en cada uno de los lugares donde sabemos hay actividad”.

“Nadie iba a creer en un investigador de pueblo, por eso es que no podíamos cobrar por indagar en las viviendas… Para cerciorarnos de lo que percibíamos e intentábamos registrar, comenzamos a pedir colaboración a distintos psíquicos, científicos, curas y gente relacionada con lo paranormal.

Así, se fue gestando la Sociedad de Nueva Inglaterra para la investigación Paranormal”. Al principio solo era documentar fantasmas y ver si podían registrarse, pero un día los Warren fueron a una casa donde una niña llamada Cinthia entró en un trance profundo y cambiando incluso su voz, allí pueden registrar también la de otro niño que buscaba a su madre…

Esto hizo que sintieran necesidad de ayudar a quienes padecen estos fenómenos y a las entidades que vagan y sufren eternamente. Para esto fundan la sociedad. Al principio buscaron apoyo en la iglesia y sus clérigos para obtener conocimientos sobre posesiones, demonios, etcétera.

Los Warren siempre basaron sus investigaciones sobre creencias religiosas, aunque la iglesia les dio la espalda en muchos aspectos. Ed no podía quedarse con una negativa de parte de la institución y dejar a las familias sin una ayuda ante este tipo de fenómenos.

A partir de ese momento nace una carrera increíble, Ed se especializó en Demonología y Lorraine en reforzar su caudal psíquico para poder llegar a realizar más de 10.000 investigaciones asombrosas según han declarado, y como mencionamos anteriormente, algunas de ellas increíbles.


“El Conjuro”

Edward Warren llevaba un diario personal con hasta el más mínimo detalle de cada investigación. Y si bien durante su vida escribió varios libros e hizo notas en diarios y televisión sobre estos temas, al morir, este diario se convirtió en un legado increíble de documentación de fenómenos paranormales. A tal punto que gracias al mismo, se inspiró la película “El conjuro”, basada en la historia real de la familia Perron, donde en su casa de Long Island vivía acosada por este tipo de fenómenos, a tal punto de llegar a una posesión y fue tal vez uno de los casos más significativos para los Warren, ya que formaron parte activa en la expulsión de dicha entidad.

Muñeca maldita (Annabel)

Entre las más reconocidas, aparece la historia de Annabel, una muñeca que le regala a Donna su madre, quien en ese momento convivía con unas amigas en un departamento. Al poco tiempo comenzaron a percibir fenómenos inexplicables de todo tipo: la muñeca se movía sola, al principio en forma casi imperceptible, pero luego comenzó a llamarles la atención que aparecía en distintos lugares de la casa y, según cuentan, llegaron a escuchar voces que provenían de ella.

Encontraron también notas que decían “Ayúdanos” y “Ayuda a Lou”, aparentemente escritas por la mano de un niño o niña.


Ed warren junto a Annabel en el museo que aún funciona en su vivienda.

Ed warren junto a Annabel en el museo que aún funciona en su vivienda.


(En el comienzo del filme “El Conjuro” se puede ver a la muñeca). Lou era una amiga de estas chicas, que desde el día que vio a la muñeca, no le gustó y a partir de allí comenzó a experimentar distintos trances y sueños recurrentes, donde veía a la muñeca acercándose y lastimándola.

Acudiendo a la denuncia de estas jóvenes, Ed y Lorraine toman cartas en el asunto, luego de varias investigaciones, le piden a un cura, el padre Cook, que realice un exorcismo a la muñeca, pues demostraron que estaba poseída por un espíritu muy peligroso. Durante el acto todo se salió de control, a tal punto que decidieron sacar a la muñeca de la casa y llevarla a un sitio sagrado.

En la ruta, el auto comenzó a derrapar sin explicación aparente y hasta fallaron los frenos. Ed tomó entonces un frasco de agua bendita y rociaron la muñeca, y todo se detuvo al instante. La llevaron a su casa y luego de realizar el exorcismo la pusieron en una vitrina bendecida la cual no se puede mover, ni tocar. Los problemas en la casa de las jóvenes cesaron completamente.

Es a partir de entonces cuando junto a otros objetos recolectados a lo largo de tantos años de investigación, la pareja forma el primer museo de lo paranormal en su propia casa. Está conformado por miles de fotografías, audios, objetos encantados y pruebas de los casos más temidos.

En Amityville


El 13 de noviembre de 1974, en Amityville, Nueva York, Ronald Defeo irrumpió en el bar de Harry gritando que a sus padres les habían disparado. La policía descubrió los cadáveres de seis miembros de la familia. Padre, madre y los cuerpos de cuatro de los cinco niños, de cara al suelo, ejecutados en sus camas.

Ronald expresó que no estaba en la casa durante los asesinatos y que descubrió los cuerpos antes de llegar al bar. Pero después la policía encontró la caja del arma con que fue asesinada la familia y Ronald confesó. Tras un largo juicio, fue declarado culpable de los asesinatos atroces y fue condenado a seis cadenas perpetuas consecutivas. Sin embargo, nunca se encontró una explicación sólida de cómo una persona común, de la noche a la mañana, puede realizar semejante atrocidad. Porque los cuerpos no muestran signos de lucha y el examen toxicológico no arrojó ningún resultado.

El 18 de diciembre de 1975 otra familia, que conforman George y Katlen Lutz, se muda al domicilio de los Defeo en Amityville, 18 meses después de los asesinatos. Mientras bajaban sus cosas, llegó un cura para bendecir el lugar, al entrar a la habitación que había pertenecido a los padres de Ronald comienza a arrojar agua bendita y una voz de ultratumba le grita ¡Fuera! y el cura huyó despavorido sin decirle nada a la familia: solo les pidió que no usen esta habitación como un cuarto, por lo que lo dejaron como sala de costura.

Pero desde la primera noche, vivir allí fue imposible para los Lutz. George comenzó a percibir cambios de ánimo muy significativos y un frío que lo helaba constantemente. Se mudó al sótano donde estaba el calentador de la estufa central. Todas las noches se despertaba a las 3.33 AM con pesadillas.

Su hija mayor vivía encerrada en su habitación jugando con “un amigo invisible”, se escuchaban gritos, golpes y las cosas se movían solas. Una noche George contó que se despertó y subió a ver a su esposa, cuando la miró fijamente ella se convirtió en una bruja de unos 90 años y levitó sobre la cama. Cada vez que querían pedir ayuda, las luces y las líneas telefónicas se cortaban sin explicación aparente.

A los 28 días de vivir en la antigua casa de los Defeo, cansados de tantos fenómenos, armados de un crucifijo y agua bendita, una noche toda la familia comenzó a rezar y rociar la casa… Ni bien empezaron, una fuerte voz se escuchó desde lo más profundo, gritando: “¿Van a parar?”. Los Lutz tomaron solo algunas pertenencias, subieron a su auto y no se los volvió a ver…

La casa está intacta, con todo dispuesto, como si una familia aún vi-viera ahí.


La casa de Amitiville.

La casa de Amitiville.


Un periodista de una emiso-ra local contactó a los Warren para ver si podían investigar, y si bien los Lutz se negaron a volver, sí le contaron sus vivencias. Ed y Lorraine, junto al periodista, trabajaron sobre el tema. En el sótano, Ed provocó verbalmente a una entidad, rezando y haciendo un exorcismo para ver qué sucedía, siendo expulsado tres metros para atrás y cayendo sobre sus espaldas.

En el salón principal quedaron todos los presentes inmovilizados durante varios minutos, sin poder moverse al realizar una sesión de grabación de audio. Cuentan algunos que siguieron el caso, que Lorraine llegó a levitar en esa oportunidad completamente inmovilizada y con los brazos abiertos en forma de cruz. Descubrieron también en el lugar, tierra utilizada por Jhonn Ketchum, un brujo negro que tuvo su estancia en el lugar antes de que construyeran la propiedad y fue enterrado bajo el sótano. Sus restos aún siguen allí. Y averiguaron también que durante un tiempo, los in-dios shinicock tuvieron sus asentamientos en el lugar y lo utilizaban para albergar a enfermos y locos que abandonaban y dejaban morir en la propiedad.

Otra prueba contundente

Seguramente recuerden la escena de la película “Hannibal”, donde Hannibal Lecter fríe el cerebro de una persona y se lo


Annabel, la muñeca maldita original.

Annabel, la muñeca maldita original.


hace comer en la cocina de una casa en el campo. Esta toma, en la filmación original quisieron grabarla en Amityville, pero cuando el equipo de filmación se instaló para comenzar el rodaje, cosas extrañas comenzaron a suceder, a tal punto que decidieron suspender esta toma y copiar el decorado original de la casa en un set de filmación.

Datos de los Warren

Edward Warren murió en 2006 a los 76 años, tras dedicar gran parte de su vida a estudiar sobre lo paranormal. Lorraine Warren hoy, a sus 87 años, sigue en colaboración con grupos de investigación de todo el mundo. Una vida dedicada a documentar fenómenos paranormales más allá de lo increíble. Ellos son los pioneros en muchos aspectos del legado que hoy tantos investigadores continuamos.

Con miles de casos documentados y una vida dedicada a la investigación paranormal, Ed y Lorraine Warren son y serán por siempre los más grandes investigadores que tuvo el Ghost Hunting a nivel mundial.

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