El extraño caso de los «Niños Solares»
- dogmaargentina
- 11 may 2016
- 3 Min. de lectura
EXTRAÑO FENÓMENO. Dos chicos paquistaníes pierden sus capacidades motrices con la puesta del sol
Hay muchos hechos y situaciones inexplicables en este mundo. Situaciones que superan la fantasía de muchos y extrañan a los científicos y médicos, que no encuentran motivos para dar ante hechos para nada comunes. En este contexto se puede incluir el caso de dos hermanos paquistaníes conocidos como los “niños solares”, debido a que durante el día llevan una vida normal, pero que, con la puesta del sol, van quedando paralizados. Un mal que los facultativos asiáticos que los atienden no alcanzan a comprender, mientras siguen internados y siendo estudiados, en la búsqueda de soluciones para esta extraña enfermedad.
Aparentemente normales
Shoaib Ahmed, de 9 años, y Abdul Rasheed, de 13, aparentan ser chicos normables. Juegan al críquet (un deporte popular en varios países asiáticos), corretean y hacen una vida normal desde que se levantan por la mañana y mientras corren las horas del día. Sin embargo, comienzan a sufrir un mal que padecen desde sus respectivos nacimientos. Se trata de una extraña enfermedad que les paraliza cuando el sol se pone al atardecer. Tal es el desorden que padecen, que eso les impide comer, beber o incluso ir al baño.
“Es de nacimiento. Cuando el sol desaparece se quedan inmóviles, paralizados. Espero que mis hijos puedan andar por la noche pronto”, expresó a la agencia española EFE Mohamed Hashim, padre de los jovencitos y originario de un pueblo en las cercanías de la sureña ciudad de Quetta. En su pueblo de Mian Kundi, los vecinos comenzaron a llamar a los pequeños los “niños solares”.
Casos confirmados
La noticia, que se conoció aquí a traves del sitio dogma-argentina.com.ar confirma que un periodista de EFE observó de qué manera, con la caída del sol, Shoaib comenzó a tener dificultades para moverse y controlar sus extremidades, y debió ser ayudado para llegar hasta la cama, con la ayuda de un familiar.
Hashim tiene seis hijos: Shoaib, Abdul y un tercero de un año de edad, todos afectados por el extraño mal, mientras que un cuarto varón no sufre de esa enfermedad y dos niñas que también se encuentran bien. Asimismo, otros dos hijos varones fallecieron al poco tiempo de haber nacido.
El papá de los jóvenes es guarda de seguridad en una universidad, y llevó al hospital de Quetta a su hijo Abdul cuando este tenía apenas 2 años, sin que los médicos que lo atendieron encontraran una solución al mal. Como no contaba por entonces con medios para viajar o pagar un mejor centro hospitalario, no pudo hacer más nada por él.
Más de 300 pruebas
Sin embargo, el caso de los bautizados “niños solares” llegó, través de la prensa, a oídos de los médicos del gubernamental Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán (PIMS por sus siglas en inglés) de Islamabad, que se ofreció a costear una investigación para tratar a los pequeños.
Así, tiempo atrás, los niños fueron ingresados en el citado centro y por el momento no saben cuándo serán dados de alta. “Es un gran desafío. No entendemos bien la enfermedad. Tras realizar más de 300 pruebas y test hemos descubierto que si les suministramos neurotransmisores su estado mejora por la noche”, indicó a EFE el rector adjunto de PIMS y profesor de medicina, Javed Akram.
El Dr. Akram trabaja junto a un equipo de 27 facultativos paquistaníes y ha enviado las pruebas a 13 instituciones médicas internacionales, entre ellas la Clínica Mayo y el Instituto Hopkins, en Estados Unidos, y el Hospital Guys, en el Reino Unido.
Conocer el origen (Recuadro)
Los indicios sobre el mal que afectan a los niños solares apuntan por ahora a una enfermedad genética, que se da en varones y que podría deberse a que el padre y la madre son primos, una práctica habitual en Pakistán, y en las civilizaciones orientales.
“Estamos explorando la genética de la familia, del padre, de la madre, del hijo de un año también afectado, de las hermanas que no sufren síntomas, familiares cercanos y las circunstancias ambientales, como el agua y la tierra de su pueblo», afirmó Akram.
Para ello, los médicos han mandado al pueblo de la familia a un equipo de investigadores, que están recogiendo muestras ambientales y analizando a los familiares.
El doctor Akram estimó que se trata de una nueva enfermedad, desconocida hasta el mom
ento, y que pronto descubrirán sus causas y su tratamiento. Akram afirmó que ya le buscan un nombre y espera que este caso muestre que Pakistán también puede llevar a cabo investigaciones médicas y descubrir nuevas enfermedades.
Mientras tanto, Hashim espera que sus hijos puedan hacer una vida normal por la noche en el futuro, pero le preocupa que sea necesario llevarse a los pequeños al extranjero para que reciban un tratamiento. “No tenemos dinero. Si tienen que ir a otro país no podríamos acompañarlos”, señaló el preocupado padre.
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