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Detienen a tres jovenes intentando hacerse los «cazafantasmas» en Salta

Estas son las actitudes y acciones que solemos repudiar los investigadores paranormales.

Desgraciadamente la exposición televisiva y la falta de información hacen que adolescentes y algunos envalentonados sres se larguen a hacer una investigación, no solo sin experiencias e instrucción alguna, sino también hasta poniendo en riesgo su propia vida…

Alcoholizados, sin ningún tipo de autorización ni elementos adecuados entraron en un colegio a verificar la supuesta actividad paranormal que ahí sucede… a continuación, la nota entera.

SALTA (Redacción) — Intrigados por las historias de fantasmas que aparecen en las aulas y pasillos de la Escuela Técnica 6, ubicada en las calles Libertad y Quesada, en el barrio Ciudad del Milagro, siete jóvenes estudiantes de ese establecimiento decidieron investigar más a fondo el asunto y, al mejor estilo de los «Cazafantasmas”, se presentaron en el colegio para sorprender y registrar las apariciones del más allá.

La cita, claro está, estuvo precedida por una copiosa ingesta alcohólica, ya que tremenda tarea requería de mucho valor. Los siete estudiantes, entre ellos dos de 17 años y uno de 14, iniciaron su incursión en las instalaciones de la escuelas alrededor de las 3.30 del lunes pasado.

Convencidos que algunos de los fantasmas podían ser alumnos que no lograron superar los terribles tormentos a los que eran sometidos por los profesores, en los años en que el castigo físico era normal en materia de educación y aún más explicito en este tipo de escuelas, los muchachos irrumpieron en el edificio.

Dos hermanos de apellido Márquez, de 19 y 18 años, y otro joven, identificado como Reinoso, también de 18 años, dirigían la proeza. Los improvisados «cazafantasmas” decidieron iniciar su aventura de la manera más riesgosa, por lo que se subieron a los techos del establecimiento para desde allí observar el patio y los pasillos a la luz de la estrellas y captar la estela de los aparecidos.

Sus movimientos, sin embargo, no pasaron desapercibido, pues los vecinos vieron las sombras de los jóvenes bamboleándose por los techos de la escuela y llamaron al 911. Al segundo alerta recibido, el centro de comando decidió enviar al lugar una patrulla para verificar lo que sucedía en el establecimiento.

Cuatro policías, comandados por el oficial Ramón Zeitune, llegaron hasta la escuela en el móvil 1415 del Sector Tres. Apenas aparecieron por el lugar, los efectivos visualizaron las siluetas de los jóvenes que caminaban de un lado a otro por los techos del edificio.

Al encender la sirena, los investigadores paranormales abandonaron su faena fantasmal y corrieron para darse a la fuga de un temor más real: la policía. La fuga, sin embargo, fue imposible, pues los policías habían pedido ayuda y en minutos el edificio quedó rodeado.

Tras reducir a los intrusos, Zeitune advirtió el fuerte aliento etílico de los jóvenes y los interrogó respecto a qué era tan importante para andar en ese estado por los techos de la escuela, momento en que los muchachos se confesaron alumnos del establecimiento y negaron rotundamente que sus intenciones eran robar.

Después de algunos rodeos, los muchachos revelaron que habían ido al colegio movido por un proyecto paranormal: registrar con sus celulares la supuesta aparición de fantasmas en las distintas dependencias del edificio, cuyas historias se repiten de generación en generación entre los alumnos.

Los argumentos esgrimidos despertaron sonrisas socarronas entre los uniformados, quienes le dijeron que más valía tenerles miedo a los vivos y que podían haberse caído, dado el estado de ebriedad que evidenciaban. De esta manera, sin haber logrado captar ninguna aparición de nada, los «cazafantasmas” de la ENET 6 fueron a parar a la comisaría del barrio, desde donde luego sus padres los retiraron a cocorrones.

 
 
 

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