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Buscan develar los misterios de la vida

La obsesión por investigar y conocer más sobre Bennu ha ido creciendo con el correr de los últimos tiempos, quizá proporcionalmente desde que la NASA se decidió a enviar una nave que estudiara en profundidad todo cuanto guarda de información un asteroide que siempre llamó la atención. Por eso, cuando la geóloga planetaria de la agencia aeroespacial Ellen Stofan estalló en un grito “¡Estamos de camino hacia un asteroide!”, aquella madrugada del pasado viernes, luego que desde la plataforma ubicada en Cabo Cañaveral, Florida, el lanzamiento de la nave Osiris-Rex había sido un éxito, todos supieron que las ansias serán realidad, aunque haya que aguardar un muy buen tiempo hasta que los resultados se concreten. Es que para una buena cantidad de científicos, Bennu será la punta del iceberg que comience a develar los orígenes del Sistema Solar y de la vida en la Tierra, aunque haya que esperar siete largos años para conocer todos sus secretos.


¿Qué se busca?

Apenas una hora después de haber zarpado, la nave se separaba del cohete de lanzamiento Atlas V y desplegaba sus paneles solares, con los que ahora funciona. “Estamos muy entusiasmados por lo que esta misión nos puede desvelar acerca del origen de nuestro Sistema Solar”, indicó Charles Bolden, director de la NASA, quien al ahondar en detalles confirmó que la misión Osiris-Rex estudiará el asteroide, tomará muestras de su superficie y, si todo sale según lo previsto, las traerá de regreso a la Tierra. “Este tipo de cuerpos celestes son remanentes de la formación de nuestro Sistema Solar, hace más de 4500 millones de años, por lo que analizar su composición y superficie podría arrojar luz sobre su origen así como sobre la vida en nuestro planeta”, agregó.

Con unos 500 metros de diámetro, Bennu es un astro aproximadamente esférico, más alto que la Torre Eiffel, rico en carbono y con una superficie casi negra. Una vez cada 6 años pasa a unos 300.000 kilómetros de la Tierra, o sea, más cerca que la distancia de aquí a la luna. De ahí que se lo considere potencialmente peligroso, con una probabilidad de 1 entre 2.700 de estrellarse contra nuestro planeta, aunque en el siglo XXII.

Más data a procesar

Bennu es un asteroide de los denominados NEO, cuyas, siglas en inglés significan, traducidas, “objeto cercano a la Tierra” y por eso mismo Osiris Rex también proporcionará información para calcular con exactitud su órbita y si existen probabilidades de que ese cuerpo celeste pueda llegar a colisionar con la Tierra a futuro.

Osiris Rex posee tres poderosas cámaras, con las que ya durante su vuelo se analizarán los colores de las imágenes de cada una, según la nave se vaya aproximando al asteroide, lo que brindará información sobre la composición de la superficie. Al estudiar dichas fotografías se podrá analizar la distribución de los minerales que se puedan encontrar, para conocer su composición y a la vez ir trazando un detallado mapeo de la superficie del cuerpo.

Es que Osiris-Rex aprovechará todo ese material para, cuando ya esté más cerca de Bennu, dejar de utilizar el mapa de estrellas que por ahora la guía y reemplazará dicha topografía del asteroide propiamente dicho para guiarse.

La nave pesa 2087 kilos y su tamaño ess de un vehículo SUV. “Estamos en busca de muestras que daten del nacimiento de nuestro sistema solar», expresó Dante Lauretta, el principal investigador de Osiris-Rex junto con la Universidad de Arizona, en Tucson.



Everyone wanted to talk to OSIRIS-REx principal investigator Danta Lauretta. Photo: Bill Jelen for We Report Space

Everyone wanted to talk to OSIRIS-REx principal investigator Danta Lauretta. Photo: Bill Jelen for We Report Space


A largo plazo

Se calcula que Osiris-REx estará un año estudiando la superficie de Bennu antes de tomar muestras de minerales, las que traerá hasta la Tierra para ser analizadas. Pero, para eso, primero habrá que analizar detalladamente cuál es el mejor sitio para tomar el muestreo. Lo más significativo es que apenas se recogerán 60 gramos de material, lo que de todas maneras, se considera que sobrarán para que varios científicos se aboquen a estudiar. Será el momento más crítico de la misión, ya que en lugar de aterrizar en la superficie y perforarla como han hecho misiones anteriores a otros astros, Osiris-Rex se aproximará a Bennu, extenderá un brazo robótico y succionará la muestra en una maniobra sin precedentes en la historia de la exploración espacial. El contacto entre la nave y el asteroide durará entre 3 y 5 segundos. Si la maniobra no sale bien, la nave tiene combustible suficiente como para intentarla otras dos veces.

Se estima que, con la colaboración de varias instituciones internacionales, una vez que Osiris-Rex retorne con las muestras, se trabajará en la caracterización física de los asteroides primitivos y del catálogo espectroscópico, para ayudar a decidir qué objetos son particularmente interesantes para enviar una misión y cuál es su origen.

Se considera que la mayoría de estos cuerpos proceden del cinturón principal de asteroides que por la interacción gravitatoria con Marte y Júpiter, principalmente, se escapan.

El Dato

Joya del pasado

Para los científicos, Bennu es una reliquia del pasado remoto del sistema solar, y todos aspiran a que contenga moléculas orgánicas complejas y aporte pistas sobre el origen de nuestra vida



Post launch conference inside the KSCTV Auditorium after the successful launch of OSIRIS-REx.

Post launch conference inside the KSCTV Auditorium after the successful launch of OSIRIS-REx.


Comprender el origen de la vida

Bennu es un asteroide primitivo, que se formó hace 4500 millones de años, a la par que el Sistema Solar. La estructura de estos objetos se los compara con una pelota conformada de granos de arena de playa compactados. En el caso de Bennu, lo más interesante es que dichos granos apenas sin han cambiado, los materiales de las distintas regiones del asteroide se encuentran prácticamente igual que cuando se unieron. En otras regiones más cercanas al Sol y por tanto más calientes, el material de los asteroides se compacta más y los materiales más pesados se van hacia el núcleo, mientras que los más livianos se quedan en la parte más externa. Estos resultan más fáciles de estudiar, pero no es el caso del primitivo Bennu. Estos, además, contienen una gran cantidad de moléculas orgánicas complejas, cadenas de carbono e incluso aminoácidos y agua en algunas partes de la estructura de sus minerales, materiales que resultan esenciales para la vida.

Los astrónomos consideran que la Tierra carecía de esos ingredientes y que los fue recibiendo a partir del impacto de cometas y asteroides. Así, estudiar estos cuerpos celestes permite averiguar qué tipo de materiales complejos había en el inicio del Sistema Solar y es la llave para comprender los procesos que terminaron por conformar la vida en la Tierra o si pudo haber o hubo vida en otras regiones del Sistema Solar.

Calendario del viaje 

* Osiris-Rex recién arribará a Bennu en agosto de 2018

* Entre 2018 y 2019 estudiará el mejor sito donde recoger la muestra de minerales.

* A partir de julio de 2020 el calendario de actividades dice que tomará contacto con el asteroide y recolectará muestras, en pocos segundos y desde un sistema robótico.

* En marzo de 2021 emprenderá el viaje de regreso, para aprovechar que en ese momento Bennu se estará aproximando a la Tierra.

* Para el domingo 24 de septiembre de 2023, se estima que Osiris-Rex aterrizará con su valiosa carga en un área militar del desierto de Utah, Estados Unidos.



Post launch conference inside the KSCTV Auditorium after the successful launch of OSIRIS-REx.

Post launch conference inside the KSCTV Auditorium after the successful launch of OSIRIS-REx.


La cifra

800

millones

de dólares. Esa es la cifra que alcanzó el costo de la construcción de la nave.

Si bien la misión Bennu es la más importante, no será el primer asteroide al que le tomarán muestras. En 2010, la misión japonesa Hayabusa regresó con granos microscópicos del asteroide Itokawa.

 
 
 

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